EL BUEN TIEMPO LLEVA A 186 BARES UNA "PRÓGORRA" DE SU TERRAZA.
GRANADA HOY
Los permisos de temporada, los que terminaban el 30 de septiembre y el 15 de octubre, son los que han pedido ampliación
La inusual climatología que está viviendo Granada este invierno
está poniendo las cosas muy difíciles a los agricultores, a la estación
de esquí de Sierra Nevada y a las personas que padecen algún tipo de
alergia, pero muy fáciles a los negocios de hostelería, que han visto
cómo sus terrazas se han convertido en un claro objeto de deseo en días
de invierno en los que se rozan los 20 grados. Esta peculiar situación
ha hecho que los hosteleros se hayan afanado en pedir al Ayuntamiento
una prórroga que les permita poder mantener sus terrazas durante más
tiempo del que inicialmente habían solicitado.
Y así, desde el área de Comercio del Consistorio granadino han contabilizado hasta diciembre de 2015 casi 200 solicitudes (186) de negocios de la capital que han pedido que se amplie unos meses más su permiso para ocupar la vía pública con mesas y sillas. La cifra supone un aumento considerable respecto al año 2014, cuando se registraron 124 peticiones de ampliación.
"Está claro que la climatología tan benigna con la que contamos este año ha beneficiado a los hosteleros que, de esta forma, habrán podido aumentar sus ingresos", apuntaba la concejal de Comercio en el Ayuntamiento de Granada, Raquel Fernández, consciente de que conseguir una mesa al sol en el mes de diciembre o enero se ha convertido en una hazaña digna de reseña.
Actualmente los permisos para ubicar una terraza en la capital se dividen en tres modalidades. De un lado hay quien solicita el permiso anualmente. Estos casos no sufren modificaciones. Hay otros dos modelos: quienes solicitan permiso para la temporada de verano (del 1 de mayo al 30 de septiembre), y quien pide el permiso por siete meses (desde el 15 de marzo hasta el 15 de octubre). Son los hosteleros que habían solicitado estos dos últimos permisos los que se han propuesto alargar su periodo de terrazas.
Antonio García, secretario general de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo, corrobora esta realidad y asegura que el sector no recuerda un año con un invierno tan suave como éste. "Está claro que la climatología está jugando a favor del sector. Desde septiembre, que es cuando había que renovar los permisos, ni ha llovido ni ha hecho frío, así que al mediodía es muy agradable sentarse en una terraza", apunta García.
Pero ¿qué supone económicamente esta contingencia para el sector? Antonio García reconoce que es muy difícil hacer un cálculo fidedigno pero sí destaca la posibilidad que esto supone de mantener puestos de trabajo. "Para empezar tener una terraza supone uno o dos puestos de trabajo más que se han podido mantener. Además, funcionan como un punto de venta, son un reclamo para el negocio", relata el secretario general de la Federación deEmpresas de Hostelería y Turismo.
Esto significa que si ha habido 186 ampliaciones habrá al menos 186 puestos de trabajo que se han consolidado, o más, puesto que hay terrazas que necesitan más de un camarero parra poder ser atendidas.
A pesar de suponer un punto fuerte para los negocios, el sector reconoce que hay que trabajar con el Ayuntamiento para conseguir que las tasas que paga un negocio de hostelería en Granada por tener una terraza dejen de ser de las más caras de España. Y es que un negocio en el centro puede pagar en torno a 6.000 o 7.000 euros anuales por mantener estas terrazas en la calle.
Y así, desde el área de Comercio del Consistorio granadino han contabilizado hasta diciembre de 2015 casi 200 solicitudes (186) de negocios de la capital que han pedido que se amplie unos meses más su permiso para ocupar la vía pública con mesas y sillas. La cifra supone un aumento considerable respecto al año 2014, cuando se registraron 124 peticiones de ampliación.
"Está claro que la climatología tan benigna con la que contamos este año ha beneficiado a los hosteleros que, de esta forma, habrán podido aumentar sus ingresos", apuntaba la concejal de Comercio en el Ayuntamiento de Granada, Raquel Fernández, consciente de que conseguir una mesa al sol en el mes de diciembre o enero se ha convertido en una hazaña digna de reseña.
Actualmente los permisos para ubicar una terraza en la capital se dividen en tres modalidades. De un lado hay quien solicita el permiso anualmente. Estos casos no sufren modificaciones. Hay otros dos modelos: quienes solicitan permiso para la temporada de verano (del 1 de mayo al 30 de septiembre), y quien pide el permiso por siete meses (desde el 15 de marzo hasta el 15 de octubre). Son los hosteleros que habían solicitado estos dos últimos permisos los que se han propuesto alargar su periodo de terrazas.
Antonio García, secretario general de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo, corrobora esta realidad y asegura que el sector no recuerda un año con un invierno tan suave como éste. "Está claro que la climatología está jugando a favor del sector. Desde septiembre, que es cuando había que renovar los permisos, ni ha llovido ni ha hecho frío, así que al mediodía es muy agradable sentarse en una terraza", apunta García.
Pero ¿qué supone económicamente esta contingencia para el sector? Antonio García reconoce que es muy difícil hacer un cálculo fidedigno pero sí destaca la posibilidad que esto supone de mantener puestos de trabajo. "Para empezar tener una terraza supone uno o dos puestos de trabajo más que se han podido mantener. Además, funcionan como un punto de venta, son un reclamo para el negocio", relata el secretario general de la Federación deEmpresas de Hostelería y Turismo.
Esto significa que si ha habido 186 ampliaciones habrá al menos 186 puestos de trabajo que se han consolidado, o más, puesto que hay terrazas que necesitan más de un camarero parra poder ser atendidas.
A pesar de suponer un punto fuerte para los negocios, el sector reconoce que hay que trabajar con el Ayuntamiento para conseguir que las tasas que paga un negocio de hostelería en Granada por tener una terraza dejen de ser de las más caras de España. Y es que un negocio en el centro puede pagar en torno a 6.000 o 7.000 euros anuales por mantener estas terrazas en la calle.
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