MESSI CALCA CON ÉXITO A LOS MITOS: CRUYFF; MARADONA, PELÉ....
AS.COM
Al holandés, con el penalti indirecto. Al argentino, con dos goles maradonianos (más el de la mano). A Pelé, con la suspensión en Roma que recordó a México’70.
Messi inventa y reinventa, sólo hace falta darse un paseo por
su catálogo de goles de todos los colores. Pero Lionel Messi también
reescribe la historia. Su genialidad en la ejecución del penalti de este domingo ante el Celta, que resultó una copia de la que Cruyff ideó con Jesper Olsen en el Ajax-Helmond, es un nuevo homenaje a los dioses del fútbol. En su carrera hacia el trono de mejor futbolista de la historia, Messi ha ido haciendo goles increíbles con jugadas maravillosas (al Madrid el 0-2 de la Champions, el regate a Almunia en la Champions). Su estilo, es obvio, es único. Tal vez su grandeza, sin embargo, sea esa especie de homenaje que va haciendo a los dioses del balón.
A Messi se le compara con Maradona por todo. Por su condición mesiánica para el fútbol argentino (sin completar porque aún no levantó el Mundial), por sus goles a Getafe y Athletic (ambos en Copa del Rey, uno en la 2006-07, el otro en la final de la temporada pasada) que han sido una fotocopia (en un caso perfecta) del gol del genio argentino en el Mundial 86 ante Inglaterra. Messi supo ser Maradona incluso en la trampa con un gol al Espanyol en la penúltima jornada de la temporada 2006-07 que casi da la Liga al Barça. Un gol que, puesto en una imagen dividida en dos con el que Maradona le hizo a los ingleses (“en venganza por las Malvinas”, se escribió), también parecería calcado.
Cruyff, Maradona… Y hasta Pelé. Para algunos, la manera de suspenderse en el aire del argentino en Roma para hacer luego el 2-0 de la final de la Champions de 2009 ante el Manchester United recordó, aunque fuera menos elegante, la suspensión de Pelé en la final del Mundial 70. Allí, en el estadio Azteca, Pelé se coronó con su tercer campeonato del mundo. De la lista de mitos, sólo falta Di Stéfano, pero seguro que podríamos encontrarle uno de esos goles rematando a romper. De él dijo públicamente La Saeta Rubia que era “un gran jugador”. En privado, cuentan, los adjetivos aumentaban.
Messi tiene mil fotos. Muchas, particulares. De goles que no ha hecho nadie y que los grandes que vengan tardarán en imitar. Pero Messi, en esta nueva faceta de ser goleador, asistente, líder y artista, también quiere ir dejando su particular homenaje a los genios. Les calca en sus imágenes más icónicas, con un don especialísimo. El del Celta fue su penúltimo guiño.
A Messi se le compara con Maradona por todo. Por su condición mesiánica para el fútbol argentino (sin completar porque aún no levantó el Mundial), por sus goles a Getafe y Athletic (ambos en Copa del Rey, uno en la 2006-07, el otro en la final de la temporada pasada) que han sido una fotocopia (en un caso perfecta) del gol del genio argentino en el Mundial 86 ante Inglaterra. Messi supo ser Maradona incluso en la trampa con un gol al Espanyol en la penúltima jornada de la temporada 2006-07 que casi da la Liga al Barça. Un gol que, puesto en una imagen dividida en dos con el que Maradona le hizo a los ingleses (“en venganza por las Malvinas”, se escribió), también parecería calcado.
Cruyff, Maradona… Y hasta Pelé. Para algunos, la manera de suspenderse en el aire del argentino en Roma para hacer luego el 2-0 de la final de la Champions de 2009 ante el Manchester United recordó, aunque fuera menos elegante, la suspensión de Pelé en la final del Mundial 70. Allí, en el estadio Azteca, Pelé se coronó con su tercer campeonato del mundo. De la lista de mitos, sólo falta Di Stéfano, pero seguro que podríamos encontrarle uno de esos goles rematando a romper. De él dijo públicamente La Saeta Rubia que era “un gran jugador”. En privado, cuentan, los adjetivos aumentaban.
Messi tiene mil fotos. Muchas, particulares. De goles que no ha hecho nadie y que los grandes que vengan tardarán en imitar. Pero Messi, en esta nueva faceta de ser goleador, asistente, líder y artista, también quiere ir dejando su particular homenaje a los genios. Les calca en sus imágenes más icónicas, con un don especialísimo. El del Celta fue su penúltimo guiño.
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