Las franciscanas clarisas conservan la
tradición de la festividad de hoy, también ligada a su fundadora, Doña
María Coronel
El monasterio de Santa Inés celebra hoy la festividad de San Blas,
patrono de los males de garganta, una devoción que conservan las
franciscanas clarisas desde el siglo XIV, gracias a su fundadora y
protagonista de una de las más bellas leyendas de Sevilla: Doña María Coronel.
Según recoge el sacerdote, escritor y periodista Carlos Ros, en una de las persecuciones del rey Pedro I el Cruel, la dama se refugió en la ermita que se enclavaba en uno de los terrenos de su familia cercanos al barrio de la Macarena.
Al fundar doña María Coronel el monasterio, la ermita pasó a propiedad de la comunidad hasta que siglos después, en 1776, se arruinó el inmueble. Así llegó al convento también la imagen de San Blas de Juan de Mesa que recibe culto en retablito neoclásico en la iglesia conventual.
En el monasterio, tan olvidado por las administraciones, se guarda la tradición de ofrecer en una mesita en la propia iglesia los rosquitos de pan bendecidos, típicos de la festividad, los cordones de hilo y seda para las afecciones de garganta, con la medallita del Santo o borlitas y estampas con la imagen de San Blas con su novena.
La iglesia del monasterio, en la calle Doña María Coronel, permanecerá abierta desde por la mañana hasta después de la misa de las 19.30 horas. Además de los rosquitos de pan pueden aprovechar para adquirir en el torno los deliciosos bollitos de Santa Inés o alguna de las otras muchas especialidades dulces de las franciscanas clarisas.
Según recoge el sacerdote, escritor y periodista Carlos Ros, en una de las persecuciones del rey Pedro I el Cruel, la dama se refugió en la ermita que se enclavaba en uno de los terrenos de su familia cercanos al barrio de la Macarena.
Al fundar doña María Coronel el monasterio, la ermita pasó a propiedad de la comunidad hasta que siglos después, en 1776, se arruinó el inmueble. Así llegó al convento también la imagen de San Blas de Juan de Mesa que recibe culto en retablito neoclásico en la iglesia conventual.
En el monasterio, tan olvidado por las administraciones, se guarda la tradición de ofrecer en una mesita en la propia iglesia los rosquitos de pan bendecidos, típicos de la festividad, los cordones de hilo y seda para las afecciones de garganta, con la medallita del Santo o borlitas y estampas con la imagen de San Blas con su novena.
La iglesia del monasterio, en la calle Doña María Coronel, permanecerá abierta desde por la mañana hasta después de la misa de las 19.30 horas. Además de los rosquitos de pan pueden aprovechar para adquirir en el torno los deliciosos bollitos de Santa Inés o alguna de las otras muchas especialidades dulces de las franciscanas clarisas.
Comentarios
Publicar un comentario