DE ESTADOS UNIDOS AL GOLFO DE CÁDIZ.
DIARIO DE CÁDIZ
Investigadores del CSIC y del ICMAN estudian
la presencia de la corvinata real en la zona para conocer cómo ha
llegado desde su hábitat natural en América y si puede dañar a otras
autóctonas.
Los pescadores del Golfo de Cádiz se han encontrado en sus
aguas con una especie nueva en la zona, la corvinata real, cuya
presencia está siendo investigada para conocer cómo ha llegado desde su
hábitat natural, América, y dilucidar si está ya asentada en la zona y
si puede dañar a otras autóctonas.
Investigadores
del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) y del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han identificado varios
estos ejemplares de corvinata real, Cynoscion regalis, pescados en aguas
de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
Pero, según
fuentes de las cofradías de pescadores, los pescadores de Chipiona y El
Puerto de Santa María, en Cádiz, e Isla Cristina, en Huelva, están
capturando esta especie "en cantidades apreciables", según explica en un
comunicado el CSIC.
Esta especie comercial es
originaria de la costa este de Norteamérica. Se distribuye entre el
Norte de Florida (EEUU) y Nueva Escocia (Canadá).
En
el 2011 ya fue detectado un ejemplar en aguas del Golfo de Cádiz, pero
no ha vuelto a detectarse hasta noviembre de 2015, cuando comenzaron a
ser pescados ante el asombro de los pescadores, que, entre sus capturas,
hallaron estos que nunca antes habían visto en la zona.
Los
investigadores del ICMAN-CSIC, José A. Cuesta y Alberto Arias, en
colaboración con el experto ictiólogo del Grupo de Estudios do Medio
Marino (GEMM), Rafael Bañón, estudian la forma en que esta especie pudo
llegar hasta las costas de Andalucía.
"No se
descarta a priori ninguna hipótesis, incluida la mediación de la acción
humana, ya que casos en los que especies litorales recorran tan largas
distancias apenas se conocen", explican en el comunicado.
Además
los científicos estudian la distribución de la especie en el Golfo de
Cádiz y sus zonas de cría para confirmar si está ya establecida, si
completa su ciclo vital en estas aguas.
Hasta
ahora sólo se han pescado ejemplares entre 200 y 500 gramos de peso y de
tamaños inferiores a los 50 centímetros, aunque la especie puede
alcanzar una longitud total de un metro.
El
investigador José Antonio Cuesta cree que "dado que hasta ahora sólo
existía una cita previa, de un sólo ejemplar, el que ahora se encuentre
de forma tan frecuente da a entender que posiblemente la especie ya esté
establecida y completa su ciclo de vida en el Golfo de Cádiz".
Los
investigadores también investigan los posibles perjuicios que esta
especie puede ocasionar en el hábitat marino de Andalucía.
"En
primer lugar, es una especie depredadora de peces y crustáceos que
habitan en la zona costera y se reproduce en los estuarios, por tanto
aquí competirá por el recurso con otras especies de similar alimentación
y uso de hábitats y ejercerá una nueva presión sobre ellas", explica el
científico.
Además podría tener un efecto directo sobre especies autóctonas
similares, al alimentarse de las fases juveniles de estas especies y
"podría traer enfermedades o parásitos que pueden afectar a las especies
autóctonas con mas virulencia, como sucedió con el cangrejo rojo de
río, Procambarus clarkii", añade.
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