UN POLICIA LOCAL ES MULTADO CON 100 EUROS POR EMPUJAR A UN INVIDENTE QUE LE PIDIÓ IDENTIFICARSE HUELVA INFORMACIÓN
El agente adujo que recibió un empujón,
pero que el propio agresor fue quien se cayó
La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a un agente de la
Policía Local por haber cometido una falta de maltrato después de que
empujara a una persona invidente que le requirió el número de placa en
el marco de una intervención que este agente de seguridad y un compañero
suyo realizaron. El incidente tuvo su origen a raíz de la intervención
que llevaron a cabo en un conflicto vecinal.
La sentencia de la Audiencia Provincial, a la que ha tenido acceso Efe, condena al Policía Local a la pena de una multa de 100 euros y responsabilidad personal subsidiaria de cinco días en caso de insolvencia, así como al pago de una tercera parte de las costas judiciales.
Se le absuelve, sin embargo, del delito de torturas y de una falta de lesiones de los que venía imputado por parte de la acusación particular, que solicitaba que se le impusiera, por el delito y la falta, las penas de 18 meses de prisión e inhabilitación por el delito, y una multa de dos meses con cuota diaria de 20 euros por la falta.
Se considera probado, tal y como se señala en la sentencia, que sobre la 12:30 del día 16 de agosto de 2011 el acusado, en su condición de agente de la Policía Local, acudió a un bloque de viviendas de la capital onubense atendiendo al requerimiento que había efectuado un vecino de los locales del inmueble.
La causa era un vertido de agua que se estaba realizando desde un domicilio situado encima de los locales que estaban siendo afectados.
Una vez en el lugar y mientras su compañero se entrevistaba con la persona que había efectuado el requerimiento, el acusado se dirigió al domicilio desde el que se había producido el vertido, siendo atendido por una persona invidente, quien acompañó al acusado hasta el balcón de la vivienda desde el que se había producido el mismo.
Al pedirle el acusado sus datos para sancionarle por el vertido, el vecino le pidió al agente su número de placa, iniciándose una discusión entre ambos en el curso de la cual el acusado empujó a la otra persona cayendo ésta hacia atrás, sin que conste si se produjeran lesiones como consecuencia.
Posteriormente, y a requerimiento del acusado, acudió su compañero y, entre los dos, procedieron a la detención del vecino ya que, según el agente de la Policía Local, algo que también sostuvo en el juicio, fue éste, al decirle que había cometido una infracción y pedirle sus datos, ell que se alteró, empujó al agente y se cayó.
La sentencia de la Audiencia Provincial, a la que ha tenido acceso Efe, condena al Policía Local a la pena de una multa de 100 euros y responsabilidad personal subsidiaria de cinco días en caso de insolvencia, así como al pago de una tercera parte de las costas judiciales.
Se le absuelve, sin embargo, del delito de torturas y de una falta de lesiones de los que venía imputado por parte de la acusación particular, que solicitaba que se le impusiera, por el delito y la falta, las penas de 18 meses de prisión e inhabilitación por el delito, y una multa de dos meses con cuota diaria de 20 euros por la falta.
Se considera probado, tal y como se señala en la sentencia, que sobre la 12:30 del día 16 de agosto de 2011 el acusado, en su condición de agente de la Policía Local, acudió a un bloque de viviendas de la capital onubense atendiendo al requerimiento que había efectuado un vecino de los locales del inmueble.
La causa era un vertido de agua que se estaba realizando desde un domicilio situado encima de los locales que estaban siendo afectados.
Una vez en el lugar y mientras su compañero se entrevistaba con la persona que había efectuado el requerimiento, el acusado se dirigió al domicilio desde el que se había producido el vertido, siendo atendido por una persona invidente, quien acompañó al acusado hasta el balcón de la vivienda desde el que se había producido el mismo.
Al pedirle el acusado sus datos para sancionarle por el vertido, el vecino le pidió al agente su número de placa, iniciándose una discusión entre ambos en el curso de la cual el acusado empujó a la otra persona cayendo ésta hacia atrás, sin que conste si se produjeran lesiones como consecuencia.
Posteriormente, y a requerimiento del acusado, acudió su compañero y, entre los dos, procedieron a la detención del vecino ya que, según el agente de la Policía Local, algo que también sostuvo en el juicio, fue éste, al decirle que había cometido una infracción y pedirle sus datos, ell que se alteró, empujó al agente y se cayó.
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