TODAS LAS CLAVES DE LA RENUNCIA DE GERARD PIQUÉ A LA SELECCIÓN MUNDO DEPORTIVO
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Ha tomado la decisión de dejar la selección en 2018 hastiado de las campañas para erosionar su figura
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Ya tenía previsto dejar la Roja tras el Mundial pero la polémica de las mangas ha precipitado el anuncio
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Estaba dándole la vuelta a las críticas pero a la mínima ha visto que han vuelto a ponerle a la afición en contra
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Al jugador ya le pesan las largas concentraciones de la Roja cuando además debe lidiar con falsedades
Gerard
Piqué ha dicho ‘basta’. El central azulgrana, que parecía
invulnerable ante las críticas y las campañas interesadas que se han
cebado con él en el último año y medio cuando ha jugado con España,
ya no quiere aguantar más. A sus 29 años ha decidido hacer público algo
que ya tenía meditado: que dentro de dos años, tras el Mundial que
en 2018 se disputará en Rusia, dejará de acudir a las convocatorias de
la selección española. Ya lo tenía planeado pero no pensaba decirlo aún.
Pero la polémica de las mangas ha colmado el vaso de su paciencia y ha decidido cortar por lo sano. Ya está dicho y por ahora no hay marcha atrás.
Piqué está hastiado de todas las campañas que ha sufrido desde que le dio por decir aquello de “Gracias Kevin
Roldán, contigo empezó todo”. Aludía a aquella fiesta de cumpleaños de Cristiano
Ronaldo amenizada por el cantante colombiano que supuso un punto de inflexión negativo para el Madrid de Ancelotti a principios de 2015. A partir de ahí el equipo blanco cayó en picado y el Barça de Luis
Enrique ganó el triplete Liga-Copa-Champions.
En la fiesta de celebración azulgrana Piqué hizo su broma más célebre y
desde determinados medios de comunicación empezaron a azuzarle a la
afición de la selección en contra. En paralelo, en las redes sociales
también era machacado.
En la primera convocatoria posterior a este episodio, cuando la Roja se concentró en León, esos medios empezaron a recordar la frase de Piqué sobre Kevin
Roldán y la consecuencia es que al central del Barça le pitaron jugando con España ¡como
local! Eso se trasladó a los partidos de Liga, donde en muchos campos
también se le pasó factura por ello de forma surrealista porque, en el
fondo, era una broma sobre el Madrid.
Su presencia en una Diada
también sirvió para que le tildasen de separatista cuando Piqué se ha mostrado a favor de un referéndum en Catalunya pero no de la independencia. Incluso llegó a decir en 2012 que “la independencia haría a España y Catalunya más débiles”. Pero ni eso servía. La campaña estaba lanzada.
Este mismo año se le ha criticado con la selección por
mirar al suelo mientras sonaba el himno y por, supuestamente, hacer una
peineta cuando le enfocaba una cámara antes del inicio de un partido.
Todo ello multiplicado por el efecto de las redes sociales, en especial
de Twitter, que permite insultos, ataques personales y hasta amenazas desde el anonimato.
Piqué parecía ‘pasar’ de todo eso, pero la procesión iba
por dentro. Su carácter positivo y valiente le ayudaba a relativizar los
ataques, pero le afectaban. Y lo de las mangas, una mentira enorme, le
ha hecho perder ya la paciencia. Cuando acabó el partido de Albania vio
en su móvil una gran cantidad de ‘tweets’ ofensivos acusándole de haber
cortado las mangas de la camiseta de España para eliminar la bandera... cuando en la manga no había ni bandera ni franjas rojigualdas.
Últimamente estaba dándole la vuelta a su situación con la Roja a base de buen fútbol. La foto de su hijo Milan en la Eurocopa vestido con la equipación de España también
ayudó. Pero a la mínima, sus enemigos han vuelto a las andadas. Eso le
ha indignado y por eso en Albania, hastiado, anunció su decisión. A
nivel personal, pasarse una semana sin ver a sus hijos y a su pareja por
estar concentrado con la selección para jugar ante selecciones como Albania o Macedonia ya empieza a costarle. Pero si encima cada convocatoria lleva asociada una ola de ataques, el sacrificio ya es supremo.
De este episodio, una parte positiva: al enterarse de la polémica,
Julen
Lopetegui se volcó con Piqué
, dándole su apoyo y pidiéndole calma. Un buen gesto del nuevo
seleccionador hacia uno de los hombres que debe ayudarle a que su
trayectoria sea exitosa.
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