¿SABES LAVARSE LAS MANOS BIEN? SALÚD
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Lo hacemos cada día, pero pocas veces le dedicamos el tiempo y la atención necesaria. La Organización Mundial de la Salud nos enseña a hacerlo bien
La higiene
de las manos es la medida más importante y sencilla para evitar la
transmisión de gérmenes perjudiciales y las infecciones asociadas. Por
ello, se debe crear el hábito en los niños para que de adultos se
convierta en una práctica normal que se lleve a cabo siempre que las
manos estén sucias.
La higiene de manos es especialmente importante en momentos como: después de ir al baño, tras cambiarle los pañales a un bebé, antes de comer o de preparar alimentos, antes y después de atender a un enfermo, antes y después de curar heridas, después de sonarse la nariz o estornudar, tras haber tocado animales, su alimento, sus cacharros o sus excrementos, cuando se toque basura, al acabar de jugar o de coger cosas que están en el suelo o que tienen suciedad...
—En primer lugar, hay que mojarse las manos.
—Aplicar suficiente jabón para cubrir todas las superficies de las manos. Usar poca agua y no dejar el grifo abierto durante el lavado.
—Frotarse las palmas de las manos entre sí.
—Después, se debe frotar la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazando los dedos, y viceversa.
—Luego, frotar las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados.
—Frótese el dorso de los dedos de una mano contra la palma de la mano opuesta, manteniendo unidos los dedos.
—Rodeando el pulgar izquierdo con la palma de la mano derecha, fróteselo con un movimiento de rotación, y viceversa.
—Frótese la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación, y viceversa.
—Enjuáguese las manos.
—Séqueselas con una toalla. Si está fuera de casa o va a tratar con un enfermo que esta sea de un solo uso. Si no, mejor secarlas al aire agitando las manos.
—Utilice la toalla o un pañuelo limpio para cerrar el grifo.
—Ahora sus manos están limpias y son seguras.
—También es importante tener un cepillo de uñas para acceder a la suciedad que se haya podido acumular bajo ellas.
En el caso de que se dedique a tratar con pacientes o personas enfermas, tenga en cuenta que debe desinfectar sus manos correctamente: antes de tocarles para protegerle de los gérmenes dañinos que pueda portar en sus manos; antes de realizar una tarea aséptica; después del riesgo de exposición a líquidos corporales, para protegerse y proteger el entorno de atención de salud de los gérmenes; después de tocar al paciente, y tras el contacto con el entorno del paciente.
La higiene de manos es especialmente importante en momentos como: después de ir al baño, tras cambiarle los pañales a un bebé, antes de comer o de preparar alimentos, antes y después de atender a un enfermo, antes y después de curar heridas, después de sonarse la nariz o estornudar, tras haber tocado animales, su alimento, sus cacharros o sus excrementos, cuando se toque basura, al acabar de jugar o de coger cosas que están en el suelo o que tienen suciedad...
Pasos a seguir
La duración del lavado debe oscilar entre los 40 y los 60
segundos (20-30 cuando se emplea un desinfectante). En ese tiempo,
debemos seguir estos pasos indicados por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) para que la higiene sea perfecta, sobre todo si vamos a
tratar con bebés, enfermos y personas mayores:—En primer lugar, hay que mojarse las manos.
—Aplicar suficiente jabón para cubrir todas las superficies de las manos. Usar poca agua y no dejar el grifo abierto durante el lavado.
—Frotarse las palmas de las manos entre sí.
—Después, se debe frotar la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazando los dedos, y viceversa.
—Luego, frotar las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados.
—Frótese el dorso de los dedos de una mano contra la palma de la mano opuesta, manteniendo unidos los dedos.
—Rodeando el pulgar izquierdo con la palma de la mano derecha, fróteselo con un movimiento de rotación, y viceversa.
—Frótese la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación, y viceversa.
—Enjuáguese las manos.
—Séqueselas con una toalla. Si está fuera de casa o va a tratar con un enfermo que esta sea de un solo uso. Si no, mejor secarlas al aire agitando las manos.
—Utilice la toalla o un pañuelo limpio para cerrar el grifo.
—Ahora sus manos están limpias y son seguras.
—También es importante tener un cepillo de uñas para acceder a la suciedad que se haya podido acumular bajo ellas.
En el caso de que se dedique a tratar con pacientes o personas enfermas, tenga en cuenta que debe desinfectar sus manos correctamente: antes de tocarles para protegerle de los gérmenes dañinos que pueda portar en sus manos; antes de realizar una tarea aséptica; después del riesgo de exposición a líquidos corporales, para protegerse y proteger el entorno de atención de salud de los gérmenes; después de tocar al paciente, y tras el contacto con el entorno del paciente.
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