DENOMINACIÓN DE ORIGEN
IDEAL.ES

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La provincia de Granada, sus municipios y comarcas, es el referente de un gran número de animales y plantas bautizados con nombres científicos y populares que reafirman su origen
Nevadense, trevenqueana, tejedense, bazae, accitana, alfacariense o granatense,
son algunas de las expresiones que en el universo de la ciencia se
utilizan para señalar la adscripción territorial de especies de fauna y
flora, como nombre y apellidos de quienes forman los reinos animal y
vegetal, e incluso para nominar elementos geológicos y geográficos. Son
el dato básico de un carné de identidad con vigencia en todo el mundo y
que señala que determinado organismo, vertebrado o invertebrado,
terrestre o acuático, tiene alguna relación con el espacio geográfico
comprendido entre las lindes de la provincia de Granada y el mar de
Alborán, aguas y tierras situadas en el sureste ibérico que poseen
características tan singulares que forman parte del índice taxonómico
universal.
Granada debe su nombre al fruto del granado, pero a su vez el topónimo que identifica la capital y la provincia que hace siglos fue el reino nazarí, ha sido utilizado para nominar animales y plantas, la mayoría de ellas autóctonas de sus montes y bosques, o que fueron descritas por primera vez en estas tierras, como el caso de la liebre ibérica que a pesar de ser una especie que coloniza toda España tiene como nombre científico Lepus granatensis. «La liebre fue descrita por Rosenhauer en 1856 a partir de material procedente de Moraleda de Zafayona y lo primero que se le ocurrió fue ponerle ese nombre aunque fuera un taxón bien extendido», afirma el biólogo y técnico de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, José Miguel Barea, coordinador del Libro Rojo de los Invertebrados de Andalucía, que señala que «el nombre científico con el que se denomina una especie o subespecie es de libre elección por parte de los investigadores que publican la descripción original.
Desde el punto de vista etimológico hay unas normas que en el caso de las especies animales las dicta el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica. Pero la cuestión es que cada cual puede dedicar la especie a quien quiera, ya sea una persona (Agriades zullichi), una localidad (Euchloe bazae) o un atributo cualquiera (Coenagrion mercuriale)», dice este investigador que dio nombre a una especie de molusco terrestre endémica de Granada: Pseudoamnicola bareai.
El apellido granatense se ha utilizado sobre todo en plantas en su mayoría endémicas de las sierras granadinas, como la conocida Manzanilla Real, que lleva por nombre Artemisia granatensis, y otras como el tomillo colorao, que en los índices botánicos aparece como Thymus granatensis, el mismo apellido que la Rothmaleria, una planta en peligro de extinción exclusiva de las arenas dolomíticas del suroeste de la sierra, donde también crece una centaurea amarilla y espinosa, que junto al cardo granadino, Carduus platypus, comparten nombre específico: granatensis. La provincia es también la denominación de invertebrados amenazados como una pequeña caracola de tierra, Chondrina granatensis. El nombre de la ciudad denomina incluso una de las ardillas más conocidas del continente americano, la ardilla de cola roja, que se llama Sciurus granatensis.
Pero no solo el principal macizo de las cordilleras béticas posee la categoría de aportar denominaciones de origen. Algunos de los pueblos de la provincia de Granada otorgan su nombre a seres vivos, en muchos casos autóctonos e incluso endémicos de un territorio municipal, un río o un paraje. Mariposas y plantas son las que más se reparten los nombres relativos a pueblos. Baza cuenta con un lepidóptero diurno que se creía que era originario de África y que el entomólogo italiano Fabiano describió en 1993 como especie y le puso el nombre de Euchloe bazae. También en Alfacar poseen varias especies llamadas como el municipio, una mariposa de la col, y una planta de arenales que se denomina, Arenaria poseen un mismo apellido: alfacariensis
Hay un género de plantas que se conocen como Lymonium, que crecen en terrenos muy salinos y que en la provincia de Granada se lleva la palma en cuanto a recibir nombres de pueblos, tanto en su nomenclatura científica, Limonium ugijarense, en referencia a la localidad alpujarreña de Ugíjar, como en su nombre popular: todas ellas son saladillas de La Malá, Baza, Cúllar Baza y Alicún de las Torres.
También en tierras de Guadix crece una pequeña jara que lleva el nombre de la ciudad a los tratados botánicos, el Helianthemum cinereum guadiccianum. Y en Castril, otra planta acoge el nombre del pueblo y la sierra: Vella castrilensis. También tienen la Margazilla de Castril, en peligro de extinción.
El pasado árabe de la provincia tiene alguna que otra referencia en la nomenclatura de las especies: un coleóptero se llama Iberodorcadion zenete y una mariposa lleva el nombre del último rey nazarí, Arethusana boabdil.
No solo los seres vivos llevan nombres relacionados con Granada y su territorio, también hay elementos geológicos que los científicos catalogaron con una denominación que no diera lugar a dudas: las tierras rojas sobre las que se sustenta todo el complejo alhambreño, el Generalife, el Cerro del Sol, las laderas de Cenes, e incluso las áreas del Serrallo, son formaciones que se conocen como
Granada debe su nombre al fruto del granado, pero a su vez el topónimo que identifica la capital y la provincia que hace siglos fue el reino nazarí, ha sido utilizado para nominar animales y plantas, la mayoría de ellas autóctonas de sus montes y bosques, o que fueron descritas por primera vez en estas tierras, como el caso de la liebre ibérica que a pesar de ser una especie que coloniza toda España tiene como nombre científico Lepus granatensis. «La liebre fue descrita por Rosenhauer en 1856 a partir de material procedente de Moraleda de Zafayona y lo primero que se le ocurrió fue ponerle ese nombre aunque fuera un taxón bien extendido», afirma el biólogo y técnico de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, José Miguel Barea, coordinador del Libro Rojo de los Invertebrados de Andalucía, que señala que «el nombre científico con el que se denomina una especie o subespecie es de libre elección por parte de los investigadores que publican la descripción original.
Desde el punto de vista etimológico hay unas normas que en el caso de las especies animales las dicta el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica. Pero la cuestión es que cada cual puede dedicar la especie a quien quiera, ya sea una persona (Agriades zullichi), una localidad (Euchloe bazae) o un atributo cualquiera (Coenagrion mercuriale)», dice este investigador que dio nombre a una especie de molusco terrestre endémica de Granada: Pseudoamnicola bareai.
El apellido granatense se ha utilizado sobre todo en plantas en su mayoría endémicas de las sierras granadinas, como la conocida Manzanilla Real, que lleva por nombre Artemisia granatensis, y otras como el tomillo colorao, que en los índices botánicos aparece como Thymus granatensis, el mismo apellido que la Rothmaleria, una planta en peligro de extinción exclusiva de las arenas dolomíticas del suroeste de la sierra, donde también crece una centaurea amarilla y espinosa, que junto al cardo granadino, Carduus platypus, comparten nombre específico: granatensis. La provincia es también la denominación de invertebrados amenazados como una pequeña caracola de tierra, Chondrina granatensis. El nombre de la ciudad denomina incluso una de las ardillas más conocidas del continente americano, la ardilla de cola roja, que se llama Sciurus granatensis.
Biodiversidad
Sierra Nevada encierra la mayor biodiversidad endémica de toda
Europa, la singularidad de sus habitantes es una de las características
que la convierten en fundamental para los estudios sobre la evolución
del clima en la Tierra, y en los catálogos taxonómicos, el nombre de
nevadense posee una alta cualificación. Una planta lleva esta
denominación no en su apellido sino en su nombre de género, que a su vez
engloba otras especies de características similares, la Nevadensia
purpurea, una plantita que crece también en los arenales del Trevenque,
la montaña que da nombre a otras subespecies como la Armeria filicaulis
trevenqueana, una especie en peligro de extinción. Insectos,
especialmente mariposas y coleópteros, como la emblemática Parnassius apollo y un representante del género Mylabris
son endemismos con el nombre de la sierra, donde un narciso comparte
apellido científico y vulgar: nevadense y narciso de Sierra Nevada, una
nomenclatura vernácula (popular) que se da en 34 especies, con
denominaciones tan descriptivas como botón azul, rompebarrigas,
pimpinela, primavera, reloj y niña de Sierra Nevada, entre muchas otras.Pero no solo el principal macizo de las cordilleras béticas posee la categoría de aportar denominaciones de origen. Algunos de los pueblos de la provincia de Granada otorgan su nombre a seres vivos, en muchos casos autóctonos e incluso endémicos de un territorio municipal, un río o un paraje. Mariposas y plantas son las que más se reparten los nombres relativos a pueblos. Baza cuenta con un lepidóptero diurno que se creía que era originario de África y que el entomólogo italiano Fabiano describió en 1993 como especie y le puso el nombre de Euchloe bazae. También en Alfacar poseen varias especies llamadas como el municipio, una mariposa de la col, y una planta de arenales que se denomina, Arenaria poseen un mismo apellido: alfacariensis
Hay un género de plantas que se conocen como Lymonium, que crecen en terrenos muy salinos y que en la provincia de Granada se lleva la palma en cuanto a recibir nombres de pueblos, tanto en su nomenclatura científica, Limonium ugijarense, en referencia a la localidad alpujarreña de Ugíjar, como en su nombre popular: todas ellas son saladillas de La Malá, Baza, Cúllar Baza y Alicún de las Torres.
También en tierras de Guadix crece una pequeña jara que lleva el nombre de la ciudad a los tratados botánicos, el Helianthemum cinereum guadiccianum. Y en Castril, otra planta acoge el nombre del pueblo y la sierra: Vella castrilensis. También tienen la Margazilla de Castril, en peligro de extinción.
El pasado árabe de la provincia tiene alguna que otra referencia en la nomenclatura de las especies: un coleóptero se llama Iberodorcadion zenete y una mariposa lleva el nombre del último rey nazarí, Arethusana boabdil.
No solo los seres vivos llevan nombres relacionados con Granada y su territorio, también hay elementos geológicos que los científicos catalogaron con una denominación que no diera lugar a dudas: las tierras rojas sobre las que se sustenta todo el complejo alhambreño, el Generalife, el Cerro del Sol, las laderas de Cenes, e incluso las áreas del Serrallo, son formaciones que se conocen como
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