CAMPAÑA VECINAL CONTRA LA NUEVA DISCOTECA DEL CAMPO PRINCIPE.
GRANADA HOY
Los vecinos cuelgan carteles en sus balcones contra el "ruido" y por su "derecho al descanso"

Ahora, dos meses después de la apertura de la sala, los vecinos han 'empapelado' su edificio con carteles en contra de la discoteca. En ellos que reclaman el cese de los ruidos y su "derecho a dormir y al descanso", dirigiéndose al alcalde y recordándole que "la salud es lo primero".
El caso es que más que los ruidos que emanan de la sala, el problema es el bullicio que genera la entrada y salida de clientes, que salen a la puerta a fumar y no tienen en cuenta ni las horas ni la cercanía con el bloque de edificios en el que viven decenas de familias. Así lo aseguró la presidenta de la Asociación de Vecinos del Realejo, Piedad Cardenete, asegura que aunque "la discoteca está perfectamente insonorizada", los vecinos de la plaza están molestos por el ruido que lleva asociado una actividad como esta. "Los nuevos propietarios han hecho una obra tremenda y reúne todas las condiciones", pero es "inevitable" que los vecinos se quejen, apuntó Cardenete.
La dirección de la Sala Prince indicó ayer a este periódico que los nuevos propietarios "arreglaron todas las imperfecciones" de la anterior sala, insonorizando el local para evitar molestias a los vecinos. "Lo tenemos todo en regla", indicaron desde la Sala, asegurando que tanto la licencia, como el expediente acústico y el certificado de sonorización demuestran que el establecimiento cumple con las exigencias para este tipo de locales. "La obra la hemos hecho para la mejora del descanso de los vecinos", apuntaron desde la dirección.
Además, la Sala asegura que los responsables de seguridad suelen "estar pendientes" de los grupos de clientes que se reúnen en la entrada, instándoles a que se dirijan a la plaza para molestar menos a los vecinos o pidiéndoles que bajen la voz si suben el tono. "Lo intentamos dentro de nuestras posibilidades, pero la calle no es nuestra", indicaron desde la dirección, que en cualquier caso recordaron que el aforo de la sala es limitado y que los grupos en la calle nunca son muy numerosos.
Las mismas fuentes apuntan que los vecinos no se han dirigido en ningún momento directamente a los responsables de la Sala, y mostraron su convencimiento de que el motivo principal de las quejas vecinales no es tanto el ruido que puede llevar aparejada la discoteca o la entrada y salida de clientes, sino que los vecinos simplemente no quieren "este tipo de actividad". Desde la sala reconocieron que las quejas "pueden ser normales", pero que el local ha tenido actividad desde hace más de un siglo y que la anterior Sala Príncipe tuvo sus puertas abiertas durante más de tres décadas. "No es algo nuevo, pero lo que había lo hemos mejorado", subrayaron desde la dirección de la Prince.
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