MAIAN CHOURRAUT GANA EN AGUA BRAVAS Y DA ESPAÑA EL SEGUNDO ORO GRANADA HOY
La piragüista vasca encuentra la bajada perfecta y se impone con autoridad. Con un tiempo de 98.65, ha aventajado en tres segundos a la neozelandesa Luuka Jones. La australiana Jessica Fox ha completado el podio.
Maialen Chourraut encontró la bajada perfecta quellevaba buscando desde los 15 años para coronarse, a los 33, campeona olímpica en la modalidad de K1 de piragüismo slalom. Fue un triunfo hasta autoritario. Una exhibición que internamente ella y su entrenador y marido, Xabi Etxaniz, sabían que tenía dentro desde antes incluso de colgarse el bronce de Londres 2012.
Tanto Etxaniz como ella misma aseguran que no hay una bajada perfecta. Igual no lo fue en el canal brasileño, pero sí los efectos que tuvo. Fue la mejor sin discusión alguna y con ello rubricó, con Xabi junto al canal haciendo indicaciones; Anne, su hija; Raquel, la cuidadora de la pequeña, y sus padres, Txelo e Iñaki, en la grada.
Cuatro años y ocho días después de hacer historia con su bronce en el Centro de Aguas Bravas Lee Valley (eslalon), Maialen Chourraut agrandó su leyenda y cumplió el sueño que se marcó desde que salió del Whitewater Stadium. Quería ser madre y demostrar que podía seguir siendo una campeona, que podía cambiar el bronce por el oro, y lo consiguió.
Superado el susto de la serie clasificatoria, cuando en la primera bajada se saltó una puerta y puso en peligro su continuidad, remediado luego en el segundo descenso, Chourraut, cumplió el guión marcado desde hace mucho tiempo con precisión de relojera. Quería asegurar el pase a la final, pero no marcar el mejor tiempo. Habitualmente en grandes competiciones era la más rápida en las series y en la semifinal, y luego acababa cediendo ante alguna de sus rivales.
Partió en la semifinal la quinta. Amarró el pase sin arriesgar en exceso ni complicarse la vida, aunque lo suficiente como para marcar el tercer crono con 101.83, tan solo superado por la austríaca Corinna Kuhnle y la británica Fiona Pennie.
El presidente del COI, Thomas Bach, no quiso perderse la final. Llegó unos minutos antes y la presenció junto al español José Perurena, presidente de la Federación Internacional de Piragüismo. Y asistió a la exhibición absoluta de la palista vasca, que entre un descenso y el otro, más que contenta, salió a la zona de público para estar con Anne e incluso ofrecerla un pequeño bocadillo para que comiera.
Comentarios
Publicar un comentario