Expertos del Centro de Atención Infantil Temprana del Hospital San Juan de Dios aportan consejos para las vacaciones.
Las vacaciones de verano pueden ser un período muy provechoso para que las familias con niños que presentan algún trastorno motor, de la comunicación, social o psicomotor trabajen objetivos terapéuticos con mayor éxito que el que pueden obtener durante el curso escolar.
La fisioterapeuta del Centro de Atención Infantil Temprana del hospital San Juan de Dios de Sevilla, Paula Marín, explica que "durante las vacaciones estivales los padres tienen más tiempo y los niños se encuentran descansados y receptivos para realizar juntos actividades que, desde el punto de vista lúdico, los estimulen y permitan su desarrollo". Las jornadas de playa resultan muy productivas en la estimulación de niños con trastornos motores según la fisioterapeuta. Desde la toalla, sentar al niño con las piernas flexionadas para que pueda prestar atención a todos los elementos que interactúan en este contexto, dirigirle la posición de gateo o permitir que manipule la arena seca y la arena mojada en la orilla son pautas que contribuyen a mejorar el control de la cabeza y el tronco en los más pequeños. Los de mayor edad pueden caminar por la arena con la ayuda de un adulto, ya que esto hará que mejore su sensibilidad en los pies. Igualmente, Marín plantea otros ejercicios en caso de tener cerca una piscina, como el uso del churro bajo los brazos y los pectorales del niño con el control de sus padres para practicar la flotación o mantenerlo sentado sobre una colchoneta en la piscina para favorecer el equilibrio.
La fisioterapeuta del Centro de Atención Infantil Temprana del hospital San Juan de Dios de Sevilla, Paula Marín, explica que "durante las vacaciones estivales los padres tienen más tiempo y los niños se encuentran descansados y receptivos para realizar juntos actividades que, desde el punto de vista lúdico, los estimulen y permitan su desarrollo". Las jornadas de playa resultan muy productivas en la estimulación de niños con trastornos motores según la fisioterapeuta. Desde la toalla, sentar al niño con las piernas flexionadas para que pueda prestar atención a todos los elementos que interactúan en este contexto, dirigirle la posición de gateo o permitir que manipule la arena seca y la arena mojada en la orilla son pautas que contribuyen a mejorar el control de la cabeza y el tronco en los más pequeños. Los de mayor edad pueden caminar por la arena con la ayuda de un adulto, ya que esto hará que mejore su sensibilidad en los pies. Igualmente, Marín plantea otros ejercicios en caso de tener cerca una piscina, como el uso del churro bajo los brazos y los pectorales del niño con el control de sus padres para practicar la flotación o mantenerlo sentado sobre una colchoneta en la piscina para favorecer el equilibrio.
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