GRIPE Y RESFRIADO COMUN COMO APRENDER A DISTINGUIRLOS SALÚD
En ocasiones es difícil diferenciar ambas
enfermedades causadas por distintos virus porque comparten síntomas y su
intensidad puede llegar a ser muy similar.
Dr. Fco. Javier Ruiz Moruno - Centro de salid Fuensanta Córdoba.
Todos nos hemos sentido acatarrados alguna vez y conocemos sus
síntomas. Se estima que la media de contagio anual en un adolescente o
adulto joven es de 3 veces al año.
El resfriado común es
una inflamación leve de las mucosas respiratorias causada por un grupo
de diferentes virus que produce estornudos, secreción nasal, tos y
expectoración.
A veces se acompañada de ligera sensación
febril. Su forma de contagio principal es el contacto directo por las
manos y los objetos. Y menos por la vía aérea.
El tabaco y
los lugares muy concurridos favorecen su trasmisión (por ejemplo la
escuela). Su evolución es favorable en una semana, necesitando solamente
tratamiento sintomático de analgésicos, beber líquidos y descanso. No
suele producir complicaciones.
Por su parte, la gripe es
una enfermedad infecciosa respiratoria que se contagia muy fácilmente,
está producida por un virus perteneciente a la familia Orthomyxoviridae.
Existen tres tipos: virus influenza A, B y C, y, en el caso del tipo A,
se subdivide en varios subtipos según componentes H y N.
Se
caracteriza por la aparición súbita de síntomas respiratorios
característicos como son tos, dolor de garganta y dificultad para
respirar. Acompañados de fiebre, malestar general, dolor de cabeza y
dolores musculares. No todos los síntomas siempre están presentes y en
el caso de los niños puede ir acompañado de vómitos y diarrea. Lo más
frecuente es que evolucione favorablemente en 2-4 días aunque la tos y
el cansancio pueden durar una semana. Afecta más a niños pequeños (5 a 9
años) y adultos jóvenes. Pudiendo aparecer complicaciones en ancianos y
personas con enfermedades crónicas.
La gripe transmite
de persona a persona siendo su forma de contagio principal la vía
respiratoria mediante las pequeñas gotitas emitidas al hablar, toser o
estornudar que los pacientes contagiados tienen en las secreciones
respiratorias de nariz y garganta.
Estas secreciones también
pueden contagiar si las llevamos en las manos. Especialmente es
contagiosa durante los tres primeros días de padecerla aunque puede
contagiarse desde un día antes hasta los 7 días de la enfermedad.
Es
importante quedarse en casa para no contagiarla. El tabaco y los
lugares concurridos también favorecen su contagio afectando de forma más
importante a ciertas profesiones como sanitarios y de la educación.
Siendo característico la aparición en ondas epidémicas anuales
estacionales en otoño e invierno.
En la mayor parte de
los casos la enfermedad cura sola siendo el tratamiento fundamentalmente
sintomático con analgésicos tipo paracetamol, antitérmicos, líquidos y
descanso. Existe tratamiento antiviral específico (oseltamivir,
zanamivir) que se indica a pacientes con complicaciones o grupos de
riesgo de padecerlas. De hecho, está demostrado que estos medicamentos
no curan la enfermedad solo disminuyen su duración y la posibilidad de
complicaciones, tienen efectos secundarios y deben ser indicados por
profesionales médicos.
Medidas preventivasEl paciente puede actuar a dos niveles en la prevención de las enfermedades respiratorias: el primero, sobre el mecanismo de transmisión, utilizando medidas higiénico-sanitarias para tratar de evitar el contagio entre personas y, el segundo, mediante actuaciones en el individuo para evitar que caiga enfermo, esto es, mediante la vacunación en el caso de que haya gripe. En el caso del resfriado común, en la actualidad no existe ninguna vacuna que haya demostrado una alta eficacia. Los antibióticos no están indicados al ser una enfermedad vírica; solamente son útiles en el caso de que existan complicaciones y siempre que hayan sido recetadas por prescripción médica.
Medidas preventivasEl paciente puede actuar a dos niveles en la prevención de las enfermedades respiratorias: el primero, sobre el mecanismo de transmisión, utilizando medidas higiénico-sanitarias para tratar de evitar el contagio entre personas y, el segundo, mediante actuaciones en el individuo para evitar que caiga enfermo, esto es, mediante la vacunación en el caso de que haya gripe. En el caso del resfriado común, en la actualidad no existe ninguna vacuna que haya demostrado una alta eficacia. Los antibióticos no están indicados al ser una enfermedad vírica; solamente son útiles en el caso de que existan complicaciones y siempre que hayan sido recetadas por prescripción médica.
Higiénico-sanitarias
Vías para evitar contagiar y ser contagiados
Es importante lavarse las manos con frecuencia y utilizar pañuelos de papel desechables al toser evitando tocarse la boca o nariz. Asimismo, si no dispone de pañuelos cubrirse con el dorso del antebrazo al toser o estornudar. Asimismo, evite compartir toallas, vasos, cubiertos y utensilios que puedan estar en contacto con la saliva y secreciones. También se recomienda evitar contactos cercanos. Lavar frecuentemente superficies donde puedan depositarse el virus: muebles, pomos y objetos. La ropa y utensilios de comida (vajilla, vasos, etc.) utilizados por las personas enfermas no es necesario que se laven separadamente pero si de forma apropiada con los detergentes habituales.
Contexto
Temporada de vacunación, entre octubre y noviembre
La vacuna de la gripe está recomendada tanto en personas sanas como en enfermos crónicos y produce una protección que empieza a ser efectiva a partir de las dos semanas de su administración. Evita padecer la enfermedad en un alto porcentaje de personas y en ocasiones si el paciente enferma de gripe esta será más leve y sin complicaciones, disminuyendo la hospitalización y la mortalidad. Cada año la Organización Mundial de la Salud recomienda la composición de la vacuna teniendo en cuenta el análisis de los virus detectados en los años precedentes. La campaña de vacunación en nuestro país se desarrolla en octubre-noviembre para prevenir la epidemia estacional.
¿Qué pacientes deben consultar a los servicios sanitarios?Deberán consultar a los servicios sanitarios pacientes con riesgo a sufrir complicaciones y los pacientes que sientan dificultad al respirar, dolor torácico, aspecto azulado de la piel o alteración de la conciencia. Existe la posibilidad de que la enfermedad complique causando neumonía, otitis, sinusitis, meningitis, etc,. Esto es más frecuente en personas pertenecientes a grupos de riesgo como son embarazadas, enfermedades cardiovasculares, pulmonares, renales y hepática crónicas, diabetes, inmunodeprimidos (personas que padecen enfermedades o reciben tratamiento que deprimen su sistema defensivo), personas menores de 18 años que reciben tratamiento prolongado con aspirina, mayores de 65 y menores de 2 años y personas con obesidad mórbida.
Es importante lavarse las manos con frecuencia y utilizar pañuelos de papel desechables al toser evitando tocarse la boca o nariz. Asimismo, si no dispone de pañuelos cubrirse con el dorso del antebrazo al toser o estornudar. Asimismo, evite compartir toallas, vasos, cubiertos y utensilios que puedan estar en contacto con la saliva y secreciones. También se recomienda evitar contactos cercanos. Lavar frecuentemente superficies donde puedan depositarse el virus: muebles, pomos y objetos. La ropa y utensilios de comida (vajilla, vasos, etc.) utilizados por las personas enfermas no es necesario que se laven separadamente pero si de forma apropiada con los detergentes habituales.
Contexto
Temporada de vacunación, entre octubre y noviembre
La vacuna de la gripe está recomendada tanto en personas sanas como en enfermos crónicos y produce una protección que empieza a ser efectiva a partir de las dos semanas de su administración. Evita padecer la enfermedad en un alto porcentaje de personas y en ocasiones si el paciente enferma de gripe esta será más leve y sin complicaciones, disminuyendo la hospitalización y la mortalidad. Cada año la Organización Mundial de la Salud recomienda la composición de la vacuna teniendo en cuenta el análisis de los virus detectados en los años precedentes. La campaña de vacunación en nuestro país se desarrolla en octubre-noviembre para prevenir la epidemia estacional.
¿Qué pacientes deben consultar a los servicios sanitarios?Deberán consultar a los servicios sanitarios pacientes con riesgo a sufrir complicaciones y los pacientes que sientan dificultad al respirar, dolor torácico, aspecto azulado de la piel o alteración de la conciencia. Existe la posibilidad de que la enfermedad complique causando neumonía, otitis, sinusitis, meningitis, etc,. Esto es más frecuente en personas pertenecientes a grupos de riesgo como son embarazadas, enfermedades cardiovasculares, pulmonares, renales y hepática crónicas, diabetes, inmunodeprimidos (personas que padecen enfermedades o reciben tratamiento que deprimen su sistema defensivo), personas menores de 18 años que reciben tratamiento prolongado con aspirina, mayores de 65 y menores de 2 años y personas con obesidad mórbida.
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