EL CENTRO DE EMERGENCIA DE LA COMARCA ASISTE A 60 VICTIMAS EUROPA SUR
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En el Campo de Gibraltar se ha atendido en lo que va de año a 18 menores, hijos de mujeres maltratadas
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La campaña Únete invita a usar el color naranja como símbolo contra la violencia
En
el Campo de Gibraltar hay un centro de emergencia para víctimas de
violencia de género, una medida excepcional ya que hay uno por cada
capital de provincia en Andalucía. Son 14 las plazas de que dispone y en
lo que va de año han atendido a 60 personas: 42 mujeres y 18
dependientes -hijos a su cargo-. En Andalucía hay 34 centros con unas
500 plazas. En la provincia de Cádiz hay dos centros de emergencia, una
casa de acogida y dos pisos tutelados: 69 plazas entre todos los
recursos disponibles.
Hay un gran equipo de profesionales en la provincia
dirigidos por Luisa Vázquez, directora del Recurso de Acogida. Lo
componen cuatro auxiliares sociales, disponibles todos los días del año,
además de un equipo técnico formado por una trabajadora social en cada
centro, un psicólogo y una asesora jurídica. El servicio está gestionado
por la empresa Agise, concesión administrativa del Instituto Andaluz de
la Mujer (IAM) de la Junta de Andalucía.
Las víctimas llegan al recurso a través de varios
caminos, el mejor según Vázquez es el Centro de Información a la Mujer
(CIM), al que las mujeres acuden, hablan con la trabajadora social y
entonces se van dando cuenta de que han sido víctimas. A partir de ahí
pueden denunciar y entrar en el recurso asistencial, otras no se atreven
a denunciarlo pero si la profesional ve que corre riesgo y la mujer
quiere salir de esa violencia también puede entrar al recurso. "No es
imprescindible que denuncie". Otra forma de acceso es a través de los
Centros Provinciales de la Mujer y la línea 900 200 999 hacia los
recursos de atención y acogida.
La estancia media en el centro de emergencia depende
del caso. Los casos de víctimas de violencia de género de la comarca
están poco tiempo y una vez valorada la situación de la mujer es
derivada a otro recurso por motivos de riesgo y para que así ellas
puedan hacer su vida de forma más segura. Explica Vázquez que se intenta
que como máximo estén una semana y se les valora lo más rápido posible.
En cambio sí se derivan mujeres de otras provincias
al centro de la comarca. El tiempo de estancia en estos casos depende de
la evolución de la víctima y del objetivo que se marque la mujer.
La directora de Recursos de Acogida provincial apunta
a una tendencia de aumento de denuncias por violencia de género con
respecto al año pasado. "Antes no se denunciaba", por lo que el dato
puede tener una lectura positiva para los técnicos. En los últimos años
ha cambiado la tendencia porque hay muchas campañas de sensibilización y
muchas personas han sido víctimas sin saberlo.
Vázquez hace especial hincapié en la campaña que se
debe hacer con los adolescentes porque hay muchos maltratadores en
potencia y muchas niñas no se dan cuenta, dentro de su aura romántica,
de que no hay que estar diciendo constantemente dónde se está ni con
quién. "Las redes sociales son muy peligrosas".
Los menores acogidos en estos recursos que acompañan a
sus madres también requieren de mucha atención. Si ellas se quedan tres
o cuatro meses los menores no pueden estar sin colegio. La trabajadora
social les matricula en centros escolares y dentro del programa de
acogida hay un monitor que varios días a la semana acude a darles apoyo
escolar y actividades de resolución de conflictos, trabajando la
autoestima.
En el día a día de las víctimas en los recursos de
acogida fuera de sus ciudades se les motiva a que salgan a la calle,
deben empezar a normalizar la vida, si tienen menores los llevan al
colegio o realizan tareas domésticas, además de ser asesoradas por el
equipo técnico para solicitar prestaciones sociales o buscar empleo,
realizar cursos. La media de edad de las mujeres atendidas está en torno
a los 30 y 40 años, por lo que tienen toda la vida por delante para
rehacerla.
La mayoría de las mujeres atendidas llegan de un
entorno de escasos recursos, lo que provoca más frustración y desata más
violencia. Pero no hay un perfil de maltratador, porque hay gente de
diferentes estratos sociales. Lo que sí está claro y debe cambiar es el
tiempo que "aguantan" las mujeres mientras sufren maltrato. "Muchas
veces cuando no pueden más o ven que los niños han crecido y empiezan a
ver más, siendo ellos también víctimas de violencia, ya no lo aguantan",
explica Vázquez. Si bien, hay que reseñar los efectos de la violencia
psicológica, la cual es constante aunque el "porrazo en la cabeza" sea
más llamativo. La profesional sostiene que el maltrato psicológico es
más sutil y puede causar hasta más daño.
Lo difícil es que den el paso porque siempre está la
indecisión de qué harán y "él no es tan malo". Cuando se llenan de valor
y denuncian hay una evolución lenta hasta que empieza el proceso de
superación porque hay muchos aspectos que trabajar. "Nada es fácil",
pero estar en un recurso social en el que se dan tiempo para ellas, con
gente que le escucha y le apoya, les ayuda a salir.
Después del centro de emergencia está la casa de
acogida y muchas mujeres se quieren quedar en las ciudades que le
acogen. En cuanto encuentran trabajo y casa ya salen adelante, porque
además están en otra localidad y no tienen apoyo, otras vuelven a su
entorno porque sus familias le arropan. Y detrás de esa decisión hay
mucho trabajo psicológico para que tomen las riendas de su vida.
un mundo naranja
Desde
el 25 de noviembre al 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, la
campaña 16 días de activismo contra la violencia de género tiene por
objetivo sensibilizar y movilizar al público en todo el mundo para
lograr un cambio. Este año, la campaña del Secretario General Únete
para poner fin a la violencia contra la mujer invita a pintar el mundo
de naranja, usando así el color elegido por esta campaña como símbolo de
un futuro más brillante sin violencia.
En www.un.org/es se pude encontrar toda la información sobre la campaña.
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