El plan especial del SAS estará activo hasta finales de septiembre Un total de 120 personas sufrieron patologías serias en 2015 por la subida de los termómetros
Un total de 120 personas tuvieron serios problemas de salud durante el verano de 2015 a causa de las altas temperaturas estivales. Así lo señala la Delegación Territorial de Salud, que informó de que de estos casos, 44 fueron golpes de calor y 76, patologías relacionadas con la elevada temperatura.
Estas son razones más que suficientes para comprender que el verano comporta riesgos notables para la salud si los termómetros se disparan, tal y como está sucediendo en estas últimas décadas con excesiva frecuencia.
Ningún ciudadano puede sentirse inmune a los efectos nocivos del calor, aunque hay una población considerada de riesgo que tiene un especial seguimiento.
Desde 2006, la Junta de Andalucía activa el Plan Andaluz de Prevención contra los Efectos de Temperaturas Excesivas sobre la Salud, que desde entonces se aplica desde el 1 de junio hasta finales de septiembre.
El SAS tiene identificadas a algo más de 900 personas que son objeto de esa especial atención. Su perfil es el de una mujer que vive sola en el 94% de los casos, con una edad media de 83 años en el 70% de los casos, y que, en la tesitura de que le suceda algo, no tienen a quién acudir. Esta última circunstancia afecta al 84% de este colectivo.
En mayo se inicia cada año la puesta en marcha del plan. Desde los distritos de Atención Primaria se envía a todos los centros asistenciales una notificación para que se haga un primer cálculo de las personas susceptibles de quedar incluidas en el plan. Para ello se toman en cuenta los datos del año pasado y se comprueba si hay nuevos pacientes a añadir en la lista.
El rastreo se lleva a cabo entre ese colectivo de más de 65 años, pacientes frágiles que viven solos, cuyo estado de salud está debilitado por padecer alguna patología crónica de alta morbilidad (insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, demencia, trastorno mental grave, insuficiencia renal, obesidad excesiva, hipertensión arterial o diabetes mellitus) o que toman un medicamento que pueda influir en la adaptación del organismo al calor (psicotropos, antidepresivos, hipotensores y diuréticos), a lo que se suma en muchos casos que estas personas no disponen de condiciones de habitabilidad adecuadas para protegerse del calor.
Los encargados de identificar a toda esta población vulnerable son las enfermeras de enlace, que realizan parte de sus llamadas de seguimiento a través de Salud Responde (SR) y que también acuden a los domicilios en el caso de que la problemática sea más grave. De este modo, su trabajo consiste en ofrecer todos los consejos posibles a la población vulnerable y velar por que se mantengan durante estos meses en las mejores condiciones posibles. En este sentido, SR se centra en una labor que podría ser ocupada perfectamente por familiares o vecinos y que el servicio telefónico asume en bien de estas personas que viven en una situación de vulnerabilidad. La media de llamadas hasta el momento, es de cuatro por paciente.
Entre las medidas más recomendadas destacan la hidratación (sobre todo a base de agua y zumos y evitar las bebidas alcohólicas), preparar comidas ligeras en una dieta que incluya mucha fruta, no salir a la calle entre las 11:00 y las 19:00, mantenerse en la habitación más fresca de la casa e intentar airear la vivienda con las persianas bajadas durante las horas de sol y, en el caso de que haya que salir, llevar ropa de colores claros y de material liviano. Si no se dispone de aire acondicionado, hay que procurar refrescar la piel con agua (ducharse, si es necesario, varias veces al día) y mantenerse, como ya se ha comentado, en la habitación donde el calor sea más soportable.
Junto a los ancianos, los niños y especialmente los lactantes son los más vulnerables al calor debido a la falta de maduración de los mecanismos que permiten al organismo regular la temperatura. El problema viene porque los niños tienen más dificultad para la sudoración, y es a través del sudor como el organismo consigue descender la temperatura.
Los pacientes que se sitúan en riesgos inferiores a los ya mencionados, son repartidos entre todo el equipo de enfermeros de los centros de salud. Suelen tocar a treinta pacientes por cada uno de estos profesionales sanitarios.
El plan está protocolizado no solo en lo que respecta a la vulnerabilidad que puede presentar cada paciente -niveles 0 a 2-, sino que además se establece qué tipo de actuaciones han de llevarse a cabo según los distintos niveles de alerta -amarilla, naranja y roja- que se declaren como consecuencia de las altas temperaturas.
Pero ninguna persona está exenta de arriesgarse a que su salud se ponga en peligro como consecuencia de las altas temperaturas. De hecho, buena parte de los golpes de calor -no se ha registrado ninguno en lo que llevamos de verano en Huelva- afectan a personas que en un principio no dan el perfil de vulnerabilidad.
La Consejería de Salud pone a disposición de la ciudadanía diversos canales de información donde poder realizar consultas y conocer recomendaciones para reducir los posibles riesgos que las altas temperaturas puedan ocasionar en la salud y acerca de otros aspectos o síntomas relacionados con el calor.
En el apartado Verano 2016, la web de la Consejería ha abierto el espacio Cuida tu salud. En él, los ciudadanos puede encontrar información general de interés sobre cómo afrontar la subida de temperaturas e identificar situaciones de riesgo, así como consejos útiles sobre protección, alimentación o hidratación durante la época estival. Este apartado incluye, además, una serie de recomendaciones para prevenir y saber cómo actuar ante picaduras propias de la época estival como mosquitos, avispas, arañas, medusas, garrapatas o erizos marinos, entre otros.
Asimismo, el programa Ventana Abierta a la Familia ofrece por vez primera vía SMS y correo electrónico consejos más específicos sobre la protección de los menores ante un posible golpe de calor, cómo actuar en caso de que llegue a producirse, o qué deben beber o comer cuando las temperaturas son muy elevadas. Asimismo, este servicio, en el que ya están dados de alta 1.642 usuarios, realiza también recomendaciones sobre cómo vivir el ocio propio de la época estival de forma saludable y segura para los niños y niñas, como medidas de seguridad en los coches, uso de flotadores homologados, cierres de seguridad y vallas en las piscinas, prevención de accidentes en zonas y juegos infantiles, etcétera.
Estas son razones más que suficientes para comprender que el verano comporta riesgos notables para la salud si los termómetros se disparan, tal y como está sucediendo en estas últimas décadas con excesiva frecuencia.
Ningún ciudadano puede sentirse inmune a los efectos nocivos del calor, aunque hay una población considerada de riesgo que tiene un especial seguimiento.
Desde 2006, la Junta de Andalucía activa el Plan Andaluz de Prevención contra los Efectos de Temperaturas Excesivas sobre la Salud, que desde entonces se aplica desde el 1 de junio hasta finales de septiembre.
El SAS tiene identificadas a algo más de 900 personas que son objeto de esa especial atención. Su perfil es el de una mujer que vive sola en el 94% de los casos, con una edad media de 83 años en el 70% de los casos, y que, en la tesitura de que le suceda algo, no tienen a quién acudir. Esta última circunstancia afecta al 84% de este colectivo.
En mayo se inicia cada año la puesta en marcha del plan. Desde los distritos de Atención Primaria se envía a todos los centros asistenciales una notificación para que se haga un primer cálculo de las personas susceptibles de quedar incluidas en el plan. Para ello se toman en cuenta los datos del año pasado y se comprueba si hay nuevos pacientes a añadir en la lista.
El rastreo se lleva a cabo entre ese colectivo de más de 65 años, pacientes frágiles que viven solos, cuyo estado de salud está debilitado por padecer alguna patología crónica de alta morbilidad (insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, demencia, trastorno mental grave, insuficiencia renal, obesidad excesiva, hipertensión arterial o diabetes mellitus) o que toman un medicamento que pueda influir en la adaptación del organismo al calor (psicotropos, antidepresivos, hipotensores y diuréticos), a lo que se suma en muchos casos que estas personas no disponen de condiciones de habitabilidad adecuadas para protegerse del calor.
Los encargados de identificar a toda esta población vulnerable son las enfermeras de enlace, que realizan parte de sus llamadas de seguimiento a través de Salud Responde (SR) y que también acuden a los domicilios en el caso de que la problemática sea más grave. De este modo, su trabajo consiste en ofrecer todos los consejos posibles a la población vulnerable y velar por que se mantengan durante estos meses en las mejores condiciones posibles. En este sentido, SR se centra en una labor que podría ser ocupada perfectamente por familiares o vecinos y que el servicio telefónico asume en bien de estas personas que viven en una situación de vulnerabilidad. La media de llamadas hasta el momento, es de cuatro por paciente.
Entre las medidas más recomendadas destacan la hidratación (sobre todo a base de agua y zumos y evitar las bebidas alcohólicas), preparar comidas ligeras en una dieta que incluya mucha fruta, no salir a la calle entre las 11:00 y las 19:00, mantenerse en la habitación más fresca de la casa e intentar airear la vivienda con las persianas bajadas durante las horas de sol y, en el caso de que haya que salir, llevar ropa de colores claros y de material liviano. Si no se dispone de aire acondicionado, hay que procurar refrescar la piel con agua (ducharse, si es necesario, varias veces al día) y mantenerse, como ya se ha comentado, en la habitación donde el calor sea más soportable.
Junto a los ancianos, los niños y especialmente los lactantes son los más vulnerables al calor debido a la falta de maduración de los mecanismos que permiten al organismo regular la temperatura. El problema viene porque los niños tienen más dificultad para la sudoración, y es a través del sudor como el organismo consigue descender la temperatura.
Los pacientes que se sitúan en riesgos inferiores a los ya mencionados, son repartidos entre todo el equipo de enfermeros de los centros de salud. Suelen tocar a treinta pacientes por cada uno de estos profesionales sanitarios.
El plan está protocolizado no solo en lo que respecta a la vulnerabilidad que puede presentar cada paciente -niveles 0 a 2-, sino que además se establece qué tipo de actuaciones han de llevarse a cabo según los distintos niveles de alerta -amarilla, naranja y roja- que se declaren como consecuencia de las altas temperaturas.
Pero ninguna persona está exenta de arriesgarse a que su salud se ponga en peligro como consecuencia de las altas temperaturas. De hecho, buena parte de los golpes de calor -no se ha registrado ninguno en lo que llevamos de verano en Huelva- afectan a personas que en un principio no dan el perfil de vulnerabilidad.
La Consejería de Salud pone a disposición de la ciudadanía diversos canales de información donde poder realizar consultas y conocer recomendaciones para reducir los posibles riesgos que las altas temperaturas puedan ocasionar en la salud y acerca de otros aspectos o síntomas relacionados con el calor.
En el apartado Verano 2016, la web de la Consejería ha abierto el espacio Cuida tu salud. En él, los ciudadanos puede encontrar información general de interés sobre cómo afrontar la subida de temperaturas e identificar situaciones de riesgo, así como consejos útiles sobre protección, alimentación o hidratación durante la época estival. Este apartado incluye, además, una serie de recomendaciones para prevenir y saber cómo actuar ante picaduras propias de la época estival como mosquitos, avispas, arañas, medusas, garrapatas o erizos marinos, entre otros.
Asimismo, el programa Ventana Abierta a la Familia ofrece por vez primera vía SMS y correo electrónico consejos más específicos sobre la protección de los menores ante un posible golpe de calor, cómo actuar en caso de que llegue a producirse, o qué deben beber o comer cuando las temperaturas son muy elevadas. Asimismo, este servicio, en el que ya están dados de alta 1.642 usuarios, realiza también recomendaciones sobre cómo vivir el ocio propio de la época estival de forma saludable y segura para los niños y niñas, como medidas de seguridad en los coches, uso de flotadores homologados, cierres de seguridad y vallas en las piscinas, prevención de accidentes en zonas y juegos infantiles, etcétera.
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