EFE V ERDE: El aumento de relaciones entre personas y el mundo animal alimenta el riesgo zoonótico
Mientras haya un contacto estrecho entre el ser humano y los animales “el mundo vivirá nuevas pandemias” y a medida que esa interacción aumente por una mayor explotación de recursos, “aumenta también el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas”, ha advertido en entrevista a Efe el catedrático de Sanidad Animal y responsable del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), Christian Gortázar.
Los límites del planeta
Gortázar ha explicado que “en la historia de la humanidad han surgido episodios parecidos de enfermedades como el coronavirus, pero en la antigüedad su expansión era mucho más lenta” y no tuvieron tanto impacto, ya que no existía la velocidad en los medios de transporte que existe en la actualidad y no por tanto no pudieron extenderse tanto y tan rápido.
El incremento de relaciones entre humanos y animales se ha producido en los últimos años en dos sentidos: por la mayor presencia de animales domésticos y por la afectación de territorios naturales y el contacto con su fauna y flora al explotar los recursos del planeta hasta “una situación límite” y, “a mayor contacto, mayor probabilidad de transmisión de patógenos”, ha insistido.
Por ello, este experto defiende “gestionar los recursos de forma más sostenible” y evitar nuevas “alteraciones en los ecosistemas”, aunque las consecuencias del cambio climático son difíciles de manejar “afectando al comportamiento de especies vectores, como los mosquitos o garrapatas, y patógenos que eran comunes en las zonas del sur que, debido al cambio de temperatura y la facilidad de desplazamiento, han logrado adaptarse en países del norte”.
Así, han extendido dolencias como la enfermedad de Lyme, una infección bacteriana producida por la picadura de una garrapata infectada que acarrea síntomas en los seres humanos como fiebre, dolor de cabeza o fatiga.
Algunos patógenos que por sus características tenían una “distribución determinada y localizada” han visto ampliado su radio de acción gracias al cambio de condiciones climatológicas y han llegado tan al norte como a Noruega o el Círculo Polar Ártico.
Colaboración e investigación
Coincidiendo con el Día del Veterinario que se celebra hoy, Gortázar, ha recordado a Efe que los médicos, tanto de humanos como de animales, “deben colaborar más para controlar futuras enfermedades transmisibles de unos a otros”.
En el caso del control de la fauna silvestre, son precisos un tipo de tecnología y unos métodos de gestión que “hasta hace 20 años no existían” y han tenido que irse creando y adaptando en los últimos tiempos.
Por ejemplo, a través de técnicas moleculares mejoradas, los investigadores pueden detectar la circulación de patógenos sin necesidad de coger a un “individuo enfermo”, sino a través de muestras de agua, el ambiente o excrementos de animales infectados.
Un método que está todavía en fase de ensayo pasa por obtener una muestra de agua de un lugar donde converjan diferentes especies para beber y averiguar así “qué patógenos está compartiendo una comunidad de hospedadores”.
A día de hoy, no es posible saber “dónde se va a producir el siguiente elemento de transición” de una enfermedad zoonótica aunque sí “dónde se ha producido con más frecuencia”, ya que existen unas regiones donde por sus características concretas aparecen con más facilidad, según Gortázar.
También hay animales que por su sistema inmunológico son más propensos a determinados grupos de patógenos como el murciélago o el jabalí que, además, conviven en grupos y eso aumenta el riesgo de que surjan enfermedades que puedan acabar “saltando” a las personas.
Gortázar ha querido reconocer finalmente la labor de los veterinarios en Europa en cuanto a sanidad alimentaria e investigación, destacando sus esfuerzos “por evitar futuras pandemias y garantizar unos controles sanitarios en el consumo de productos de origen animal”.
Comentarios
Publicar un comentario